Ministerio de Mayordomía
Este departamento entonces mantendría un programa espiritual de educación sobre mayordomía fundamentado en el reavivamiento espiritual y continuaría con su promoción del desarrollo, ya no solamente en cuanto a la construcción de templos, pero también incluyendo proyectos de la asociación como construcción de colegios secundarios o campamentos para los jóvenes. La División Interamericana fue una de las primeras divisiones mundiales que creó el departamento a nivel de la División. El 12 de noviembre de 1967 la junta de la División nombró al Pr. Glen Smith, como director de mayordomía de la División. El pastor Glen Smith había formado parte de la comisión organizadora nombrada por la Asociación General, lo que representó para la División un excelente aporte del criterio filosófico y metodológico. El pastor Smith dedicó cinco años al establecimiento del este departamento y aceptó un llamado de la Florida Conference para una responsabilidad similar. Desde entonces nuevos directores han impulsado el departamento: Glen Smith (1968-1973), Gabriel Castro (1973-1980), Fred Hernández (1980-1985), Leslie V. McMillan (1985-1990), Dionisio Christian (1990,1991), Angel Manual Rodriguez (1992) y Mario Niño (1993-hasta el momento). A partir del 2005 la junta de División nombró también un director asociado de mayordomía para la División, recayendo el nombramiento en el pastor Roberto Herrera. El Departamento de Mayordomía fundamenta sus programas y actividades en el consejo registrado en Mensajes Selectos, tomo 1, página 149 que dice: "Debe realizarse un reavivamiento y una reforma bajo la ministración del Espíritu Santo. Reavivamiento y reforma son dos cosas diferentes. Reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de las facultades de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte espiritual. Reforma significa una reorganización, un cambio en las ideas y teorías, hábitos y prácticas. La reforma no producirá los buenos frutos de justicia a menos que esté relacionada con el reavivamiento del Espíritu. El reavivamiento y la reforma han de efectuar su obra asignada y deben mezclarse al hacer esta obra. E.G. White, The Review and Herald, 25 de febrero de 1902.
